INCERTIDUMBRE
sobre las bóvedas de oro
la incertidumbre mora.
Sometido a su ley,
a la intemperie de soles negros,
sombra del cuervo
o zafiro
la incertidumbre resplandece.
Apoyo mis pies abstractos
sobre los juncos oscuros,
rozo las cornisas del abismo,
la brisa del oriente alucina,
trae cánticos de ángeles caídos
que alaban su lenguaje de grietas.
En la vastedad del silencio medito.
Extraña dualidad,
amarla y temerla.
Rabí de las manos traspasadas,
indefenso
quiero hacer pie,
plantar mis banderas
en las planicies de los sueños,
hazme llegar
a zonas de indulgencia.
Incertidumbre, de la argentina Elena Caricati Penella, nos hace confirmar sin lugar a dudas, la condición viva de la poesía, si es esencia que se crea con la vida. La incertidumbre que hoy por hoy parece calar anímica y materialmente a los terrícolas, cuando menos; y en particular, a quienes pendemos enfermizamente de la información que difunden los medios masivos, es tema por de más vigente.
Caricati nos conduce a una indecisión tan abarcadora que descsiede amenazante - con lanzar a los abismos- allá donde los "ángeles caídos"; y sube poderosamente hasta donde los ojos nos permiten ver, rumbo al espacio celeste. ¿Existirá mayor sensación de incertidubre que apoyar pies abstractos sobre la oscuridad? La indefensión se palpa junto al deseo de plantarse con firmeza en otro espacio que salve de la pura indecisión.
¿Aquién le toca perdonar las culpas ajenas, los desatinos, las injusticias, los abusos, la miseria?